Historia y Origen de LA FERRATELLA Parte 1

En uno de los viajes que mi esposa realizó a Mérida, tuvo la oportunidad de conocer las marquesitas por primera vez. Fue un amor a primera vista, que la llevó a traer consigo una auténtica plancha marquesera y una selección de estas delicias en su equipaje.

A pesar de su entusiasmo, debo confesar que cuando probé las marquesitas por primera vez, no lograron conquistarme. La plancha quedó guardada en un rincón durante un par de años, sin embargo, todo cambió.

Mi vida transcurría tranquila y exitosamente como gerente en una empresa de distribución de productos de tecnología. La rutina era cómoda, compras habituales, gastos inevitables y así sucesivamente.

Pero, como a menudo sucede, el destino dio un giro inesperado. Un recorte de personal me dejó desempleado y con un peso considerable de deudas. Curiosamente, mi esposa también vivió una situación similar. Parecía como si el universo nos estuviera guiando hacia un nuevo camino.

Fue en ese momento cuando mi esposa pronunció unas palabras que marcarían un cambio trascendental: "No hay tiempo para lamentarse. Vamos a vender marquesitas". Aunque mis gustos personales no se alineaban con la idea, nos embarcamos en un viaje para perfeccionar la masa y la harina, y antes de que nos diéramos cuenta, estábamos cocinando marquesitas en un fogón improvisado en nuestra cochera.

La experiencia nos cautivó por completo. Experimentamos con una variedad de ingredientes, desde los clásicos hasta los inusuales, como mayonesa, mostaza, chocolates y nutella, creando combinaciones únicas. Incluso compartimos esta nueva pasión con nuestros amigos en una "reunión marquesera" en casa.

El éxito fue rotundo y nos alentaron a probar suerte en el mercado. Con determinación, una semana después estábamos en pleno negocio.

Pronto compartiré contigo más detalles sobre cómo y dónde comenzamos esta emocionante travesía. Mientras tanto, te invito a explorar nuestra página web, donde podrás descubrir más sobre Marquesitas La Ferratella. ¡Un abrazo!